Notas sobre: «The Tao of Poiesis» de Stephen K. Levine
En las Artes Terapéuticas Expresivas (EXA), se le llama poiesis al proceso donde el beneficio solo llega si se dejan ir el control y conocimiento, «dejando las cosas ser».
Hacer arte es una manera de poiesis que requiere alejarse de la situación actual para encontrar posibilidades de transformar aquello que se nos presenta como «real». Es decir, alejarse del foco del problema para poder investigar sobre otras posibilidades imaginativas.
Dentro de la idea de poiesis existe la figura del «filósofo», pero no se entiende como aquel que posee conocimiento; sino como aquel que ama la sabiduría y, en su ignorancia, la persigue todo lo que puede. Lejos de ser alguien que lo sabe todo, es más bien aquel que, al no saber nada, está abierto a aprender todo. Con esto en mente, la sabiduría no solo proviene de los libros, las cátedras, las instituciones; también se encuentra en la cotidianidad, la práctica, la gente.
Se le suele exigir al artista que cree una idea en su cabeza y la imponga en el material; sin embargo, la práctica de poiesis nos dice que sea cual sea la idea inicial, la imagen tiene una mente propia. En otras palabras, las Artes Expresivas usan un método fenomenológico, prestando mucha atención a aquello que se muestra por sí mismo y dejarlo a él decirnos qué es lo que significa, no al revés.
Poiesis es, entonces, una forma activa de «no hacer»; una actividad sin fuerza ni violencia; un «dejar ir» el control y empezar a «guiar». Ésto último implica tener la habilidad de perder tu camino, sin caer en el intento desesperado de encontrarlo otra vez. La capacidad de estar «cómodamente confundido», hasta que aparezca un camino nuevo que podamos seguir (confiar en el proceso, seguir una ruta no escogida, concentrarse en el presente). También se le puede ver como «tomar un paso atrás, para ver lo que hay delante».
En conclusión,el propósito de poiesis en las Artes Expresivas es ayudar a contactar con los conocimientos que ya tenemos dentro de nosotros, entender que somos capaces de moldear nuestros recursos sin la necesidad de buscar a una «verdad última» (producto), pero con la posibilidad de llegar a ella.