I
[Escenario A: Una sala de parto]
EL YUYO.-
[Narrando]
Germina.
Da su primera bocanada de aire.
Llora.
Sus pulmones se llenan con el oxígeno del nuevo mundo y mira a su alrededor.
Primero, unas siluetas muy difusas. Luego, unos murmullos agudos que lo desconciertan y le hacen moverse frenéticamente.
El amor se refleja en los ojos de su madre.
El milagro está hecho.
Vive.
II
[Escenario B: Una sucia habitación]
EL YUYO.-
[Narrando]
Estoy perdido.
Llevo semanas sin dormir bien.
Apesto.
Mi barba ha crecido en formas divertidas, y mi dinero se ha esfumado en licores baratos.
El retrete guarda heces de la noche anterior, su hedor insoportable se fusiona con el mío.
[Olvidada en un rincón, una planta observa el panorama]
EL YUYO.-
“Pobrecilla, ¡lo que le hago pasar! ¡Lo que tiene que ver!”
[Se acerca a la planta con gran esfuerzo y abraza el zapato que la contiene]
EL YUYO.-
“Perdóname. No es fácil”.
LA PLANTA.-
“Todo está bien, puedo soportarte, estoy aquí para cuidarte… Sólo no vomites sobre mí”.
[El Yuyo ríe. Sin embargo, tras un momento de silencio, su risa se precipita en lágrimas]
LA PLANTA.-
“Ya, ya. Tranquilízate. Yo sé por lo que estás pasando. Yo sé que germina”.
[El Yuyo toma un sorbo de licor]
LA PLANTA.-
“Sé cómo es esto, lo sé, porque soy una planta. Nosotras nacemos y más tarde somos verdes y de colores, aunque la mayor parte del tiempo, verdes. Tenemos problemas, igual que los humanos, pero la diferencia es que no podemos movernos de un lado a otro como quisiéramos, por eso crecemos hacia arriba. Ahora estoy acomodada en este zapato, pero en un principio, crecí en la tierra que es mi verdadera madre y pude sentir la vibra de su entraña, ¡jamás me sentí tan querida como en ese entonces! Sin embargo, como he dicho, los problemas de plantas no son fáciles. Cuando crecí en el patio apenas y me deseabas y trataste de erradicarme. Decías que era yerba mala, que iba a treparme por las paredes de tu casa y que finalmente me convertiría en una plaga que sería imposible remover. Justo ahora no recuerdo cómo lo hice exactamente pero…de acuerdo, lo que sigue quizá te parezca fantástico, pero en verdad ocurrió.”
[El Yuyo se frota los ojos y toma otro sorbo de licor]
EL YUYO.-
«Te escucho».
LA PLANTA.-
“Tenía tanto miedo de morir… creo que es un miedo natural que, a veces, nos impulsa a hacer cosas increíbles, aterradoras. Saliste decidido a arrancarme de mi madre, mis hojas se estremecían con cada paso que dabas, pero en ese instante, justo antes de que estuvieras sobre mí… ¡la tierra me expulsó dejando ir a su retoño! Con mis raíces corrí y corrí hasta que logré escabullirme dentro de la casa y busqué un lugar en donde estar segura. Así terminé en este zapato que me ha brindado su calor y protección. De eso han pasado ya nueve meses. Nueve meses en los que he vivido tranquila. Nueve meses donde parece que perdiste la necesidad de erradicarme, o quizá es que no te habías dado cuenta que era yo, o tal vez es que mirabas a otra parte, sin prestarme atención”.
[El Yuyo se queda perplejo]
EL YUYO.-
[Narrando]
¡Ahora lo recuerdo! Esta planta… ¡yo odiaba a esta planta! Pero ahora mismo… creo amarla. ¿¡Por qué!? ¿¡Porque puedo arrancarle la vida!? Yo… ¿sería capaz de hacerlo?
Aún no me ha habla de su padre… y tengo curiosidad.
III
[Escenario A]
EL YUYO.-
[Narrando]
Su padre sonríe.
Sí, eso debe ser. Piensa que su conciencia está limpia.
Sus cabellos largos y su cuerpo delgado lo convierten en una ridícula rama.
Mira a su esposa sosteniendo su brote y la besa.
Y yo… sigo aquí…
IV
[Escenario B]
[Continúa narración]
El padre de la planta introdujo los dedos en la tierra. De un goce perturbador, como si de un accidente se tratase, la planta nació.
¡Si tan sólo lo hubiera entendido antes! Habría puesto concreto en todo el patio, tapando hasta el mínimo rastro de tierra y con eso… ¡No tendría que odiarla! ¡No tendría que amarla!
¡Jajajajaja! ¡La tierra! ¡Mi patio! ¡El padre de la planta seguro se coló en mi patio! ¡Es divertido, es muy divertido!
Y aun así…
[Su risa se convierte, de nuevo, en lágrimas]
V
[Escenario A-B]
[Continúa narración]
Germina.
Primero es una semilla que fecunda.
Crece.
Su inocencia es un estigma cruel.
Disfruta de su unión onírica, pues no conoce la profundidad de mi agonía.
¡Vive! ¡Vive!
¡VIVE!
En mi habitación hedionda… meto mis manos en la tierra… buscando la raíz…
FIN
(*) La primera versión del guión para el proyecto de cómic «Una situación de la planta» se escribió originalmente en el año de 2016. Lo que aquí se presenta es una segunda versión corregida del año 2021 que será la definitiva para la obra final.